sábado, 12 de septiembre de 2009

Tradiciones de ciudad


Versalles: Parte de la historia de Medellín


Para finales de los años 50 y principios de los años 60, el Salón Versalles era propiedad de un grupo de españoles que decidieron crear en el, un lugar muy elegante, con muchos protocolos y donde fueran a tomar el té las personas de la clase alta de la ciudad, un lugar inspirado en lo que para la época era un salón de té como el Astor. Aunque éste no contó con la misma acogida que ya tenía el mencionado lugar, así que sus dueños vendieron.
Para aquel momento llegaba a la ciudad el argentino Leonardo Nieto Jarbón, quien vino de vacaciones, pero se enamoró de Medellín y decidió radicarse aquí y tener su propio negocio. Don Leonardo compró el Salón Versalles y en el comenzó a imprimir su sello personal y el de los argentinos.
Inspirado en el Café Tortoni de argentina, se comenzó a hacer cambios en Versalles, rompiendo protocolos que se usaban. Cambios como la venta de gaseosas y tinto después de la 6 de la tarde y con la acogida de intelectuales, principalmente por nadaístas, deportistas, y visitantes argentinos llego el éxito al lugar.
Versalles se convirtió en un lugar diferente, en donde en su mayoría hombres intelectuales iban a hablar sobre sus ideas, pero al mismo tiempo algunas señoritas que iban en contra las reglas moralistas de la época buscaban más que tomar el té y llegaban atraídas por platos, como la empanada argentina y la pizza, productos nuevos para Medellín.

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